Sepultado en la penumbra durante veinticinco años, OAK COFFIN es exhumado en 2025 para invocar The Obsidian Ritual, un acto de profanación y misantropía absoluta. No es un simple regreso, sino una maldición hecha música: un ritual blasfemo donde cada corte se convierte en un golpe de oscuridad que corroe lo divino y arrastra al oyente al vacío.
El álbum abre con 1. My Fire, una llama maldita que enciende la ceremonia, seguida por 2. I Am the Ruler of This Earth, himno de dominio blasfemo cuya letra escupe sobre todo lo sagrado. El viaje prosigue con 3. Catoptromancy, conjuro de espejos y visiones, y 4. …An Offering, sacrificio sonoro ofrecido al abismo. La maldición continúa con 5. The Witch’s Amulet, reliquia embrujada que late en la penumbra, y 6. Darkness Implacable, interludio breve pero devastador que sella el aire con vacío absoluto.
De allí se desciende a 7. Journey to a Ruined Temple, peregrinación entre ruinas espectrales, y al látigo cruel de 8. Whip Strikes Skin, donde la carne se quiebra al ritmo del odio. Luego emerge 9. Where Spirits Merge, unión etérea en el reino de los muertos, hasta desembocar en la pieza final, 10. The Obsidian Ritual, eje y epitafio de la obra: un aquelarre de fuego negro que consume todo rastro de luz.
Con estos diez cantos de negrura, OAK COFFIN se alza nuevamente como un espectro eterno, reclamando su lugar en el panteón maldito del black metal underground.