Generando una atmósfera inquietante, "Celestial Grave" abre un portal hacia un abismo sonoro despiadado. Las voces se elevan como lamentos de almas atormentadas, acompañadas por una percusión infernal que retumba como los pasos de un coloso del averno. Este nivel de intensidad, en equilibrio siniestro con elementos melódicos, convoca de inmediato comparaciones con las últimas ofrendas de la legendaria banda Old Man's Child.
Mientras avanzamos por los surcos oscuros de "Alraun Ghost" y "Devil’s Garden", se nos revela un veneno sonoro de inmensa potencia, tan letal como la mordedura de una serpiente infernal. Los riffs de guitarra son hojas afiladas que se clavan en la carne del oyente, mientras las voces se alzan como heraldos de una oscuridad inquebrantable. Los arreglos sinfónicos, imbuidos de dramatismo, envuelven todo en una densa bruma sonora que aplasta la mente y el espíritu en su abrazo mortífero. La mezcla, minuciosamente equilibrada, permite que todos los elementos de este arsenal musical resplandezcan con una intensidad desgarradora y aterradora.
Para aquellos que ansían composiciones aún más oscuras y embrujadas, donde el Black Metal se convierte en un torrente apocalíptico, "Juniper Shrine" se erige como el epítome de sus deseos más infernales. No obstante, nuestra atención se enfoca en particular en piezas como "Seasonal Legacy" y "Nocte Amans", donde las guitarras desatan melodías hipnóticamente cautivadoras, urdiendo giros de tempo tan impredecibles como la maldición de una bruja. El himno inclemente que es "Blakulla’s Meadow" personifica con maestría la destreza de la banda para tejer melodías diabólicas y contagiosas, mientras desencadenan atmósferas etéreas alrededor de un núcleo de Black Metal pesado y brutal que azota como un huracán infernal.
Cerrando el rito, la canción que da título al álbum es una letanía repulsiva de caos sonoro, una ofrenda a las profundidades del abismo. La banda ha forjado un Black Metal sinfónico de primera categoría, que irradia una fuerza sobrenatural, repleto de pasajes melódicos intrincados y atmósferas aplastantes que abren las puertas a dimensiones infernales. Este lanzamiento no solo se destaca, sino que aniquila a la competencia en un escenario saturado, donde multitudes de aspirantes buscan emular a titanes como Dimmu Borgir o Cradle of Filth. Es una experiencia musical que se recomienda encarecidamente a todos los seguidores del género que ansían la brutalidad característica del Black Metal, aliada con una maestría melódica que posee los atributos de un pacto demoníaco, sometiendo los sentidos desde el primer acorde hasta el último lamento.
"The Poisonous Path" se despliega como una epopeya de 58 minutos repletos de odio absoluto, blasfemia y el inquebrantable poder satánico. Behexen, maestros en su arte, logran tejer una obra que, con virtuosismo, encapsula la esencia de un género en su máxima expresión, mientras insufla vida en composiciones que, sin lugar a dudas, acelerarán el pulso y harán que la sangre arda en las venas.
Con dos décadas de experiencia forjando su sonido, las expectativas para una banda de este calibre son astronómicas. Impregnados en los oscuros rituales del black metal oculto y criados en los días remotos de la segunda ola, Behexen demuestra un conocimiento íntimo de este género musical. No resulta sorprendente que "The Poisonous Path" conecte tan profundamente con quienes se aventuran en su tenebroso recorrido.
Este álbum se caracteriza por su velocidad implacable, sus atmósferas tenebrosas y una determinación sombría que yace como un manto sobre cada nota. En contraste con la tendencia a la experimentación desenfrenada que ha conquistado a algunos de sus pares, Behexen ha mantenido su esencia a lo largo de los años, refinando su música hasta convertirla en un arma afilada como la lanza de un centurión romano. Las voces, si bien pueden resonar más profundas que en épocas pasadas, despliegan un matiz amenazante que supera cualquier registro anterior.
"The Poisonous Path" es un paseo por el inframundo sonoro, donde cada acorde y cada palabra sisean como conjuros prohibidos. Este álbum no solo sobresale, sino que eclipsa a la competencia en un panorama musical saturado, donde múltiples aspirantes tratan de emular a gigantes como Dimmu Borgir o Cradle of Filth. Representa una experiencia musical que se recomienda encarecidamente a todos los seguidores del género sedientos de la brutalidad característica del Black Metal, fusionada con una maestría melódica que aprisiona los sentidos desde la primera nota hasta el último aullido, sumiendo al oyente en un abismo sin retorno.
"Rituale Satanum" emerge como la joya indiscutible en la corona de BEHEXEN, un testimonio musical de obscuro poder que reclama un lugar sagrado en cualquier colección de discos que busque honrar el Black Art en su estado más primitivo. Este álbum es una odisea sónica hacia las profundidades más insondables del Black Metal satánico, una exploración de los abismos más oscuros y puros de esta forma musical retorcida y ritualística.
El trabajo despliega una explosión implacable de blasfemia, con riffs intensos y funerarios que sirven como la banda sonora de un pacto con lo desconocido. Sin embargo, bajo esta capa de brutalidad, se esconden melodías cautivadoras y eternas que poseen un poder hipnótico. Estas melodías son como hechizos oscuros que se arrastran en la mente del oyente, dejando una marca indeleble.
"Rituale Satanum" ofrece una visión vívida del inframundo, un viaje que nos lleva a las profundidades de la desesperación y la negrura absoluta. Como una obra que contribuye al legado del Black Metal, se erige como un monumento al culto del oscuro, junto a los precursores maestros GORGOROTH, MAYHEM y BURZUM. Este álbum se adentra en terrenos prohibidos y desafía los límites de lo convencional.
Una vez más disponible, "Rituale Satanum" ha demostrado ser inmune al paso del tiempo, estableciéndose como el estándar inquebrantable de la maldición implacable. En un mundo donde la palabra "culto" a menudo es utilizada con ligereza, este álbum encarna verdaderamente su significado noble, sirviendo como una expresión devota y ferviente de un compromiso inquebrantable con las profundidades más oscuras de la música y la temática satánica.