Regocíjense en el nombre de la decadencia, en el hedor de la muerte y en la brutalidad absoluta del Death Metal. Desde los abismos más profundos, INFRAHUMANO emerge como una fuerza de corrupción sonora que arrastra a los vivos hacia las sombras. Su nueva invocación, Depths of Suffering, no es un simple álbum: es un descenso ritual a las entrañas del dolor, donde los ecos del Death Metal estadounidense, europeo y sudamericano se retuercen en un mismo cuerpo en descomposición.
Con este segundo capítulo, INFRAHUMANO cava más hondo en la fosa que ellos mismos abrieron. Depths of Suffering no busca nostalgia, ni redención: se alimenta del vacío. Su sonido es un templo de podredumbre, una atmósfera sofocante que asfixia con integridad, violencia y devoción por la ruina.
Los nueve himnos que lo componen son armas de profanación. No siguen caminos trazados; los destruyen. A través de sus estructuras abrasivas, el oyente es arrastrado por una corriente de caos que viaja desde la crudeza canadiense hasta la desolación europea, pasando por la podredumbre floridana y los pantanos chilenos, moldeando una entidad deforme y letal. Las sombras de los antiguos dioses del género resuenan aquí, pero sólo para ser devoradas.
Depths of Suffering no imita. Corroe. Infecta. Erige su propio altar sobre los huesos del Death Metal clásico y deja que el sufrimiento hable en una lengua nueva: la de la decadencia definitiva.