La música de Ars Veneficium se presenta como un caos apenas contenido, una fuerza abrasadora de black metal que amenaza con desgarrar la realidad misma. A medida que las notas retumban, partes de este lanzamiento suenan completamente caóticas y bestiales, como si fueran el rugido de las mismas profundidades del abismo. Sin embargo, esta es una banda que entiende plenamente la fuerza que posee y la dirige con precisión diabólica. Aunque el odio furioso se manifiesta con una intensidad despiadada, nunca se desborda por completo, lo que añade una capa intrigante a su sonido.
Es fascinante cómo Ars Veneficium equilibra la ferocidad de su ataque con una composición precisa. A medida que avanzas por el abismo de su música, te das cuenta de que, a pesar del veneno que escupen, la estructura de las canciones enfatiza sus puntos fuertes. Las melodías se deslizan como serpientes venenosas, la agresión se manifiesta como un vendaval cegador y las atmósferas sombrías te envuelven como un sudario funerario. Los gritos desgarrados del cantante suenan más malévolos y crueles que nunca, como si fueran el eco de lamentos ancestrales.
El álbum "Usurpation of the Seven" es un paseo a través de un abismo de sonidos ennegrecidos, donde los riffs cortan como cuchillas afiladas y son igual de peligrosos. A pesar de la agresión perfeccionada de la banda, este trabajo se presenta como un asunto más melódico en comparación con su material anterior. Sin embargo, esta transición no ha suavizado su sonido; al contrario, Ars Veneficium ha logrado un raro equilibrio, creando melodías que intensifican la letalidad de sus canciones. El resultado es un álbum que se graba en la memoria con garras de hierro y ofrece una experiencia auditiva deliciosa, pero al mismo tiempo oscura y aterradora.