The Black Flame of Metal / blasfemia313

Blackcelona: Una historia de metal satánico.

Blackcelona: una historia de metal satánico emerge como un grimorio visual, una invocación a las raíces más lóbregas del Black Metal en Barcelona. Más que un simple documental, es un descenso a las cavernas donde este género erigió su templo de fuego y ceniza. En sus páginas vivas se desentraña la génesis de una escena que prendió como una llama negra en los rincones más turbios de Catalunya, expandiéndose a través de bandas, colectivos y visionarios que, casi sin saberlo, estaban abriendo una grieta en el tejido cultural de los años 90.

El relato se adentra en la influencia casi litúrgica de la revista MetaliKO, cuya tinta parecía escrita con sangre ritual; en los sellos AbstractEmotions y New Gotia, guardianes de una estética sonora áspera, gélida y abrasadora; y en los Estudios Don Simón, un santuario donde el eco de guitarras afiladas como cuchillas resonaba como un mantra prohibido. La sala Garatge Club se alza como un altar profano donde las noches se transformaban en ceremonias, y tiendas míticas como Anaconda, Hysteria o 7 Pulgadas funcionaban como criptas donde los iniciados encontraban discos, fanzines y reliquias capaces de abrir portales hacia universos musicales más extremos.

En esta obra, Diego López-Fernández —conocido por “[REC]: Terror sin pausa”— deja atrás su labor tradicional en la divulgación del fantástico español para sumergirse en un océano de sombras más profundo, más primitivo. Su documental, estrenado en el InEdit 2024, convoca un viaje a través del tiempo donde la memoria se mezcla con el humo de los locales cerrados, el olor a cinta magnética, y la crudeza de una juventud que buscaba romper todas las reglas, transgredir todos los límites, y abrazar la furia sonora de lo prohibido.

Blackcelona no es solo una crónica: es una reivindicación necesaria de aquel subsuelo musical que latía bajo la ciudad, invisible para muchos pero vital para quienes reconocieron en él una llamada. Una Barcelona clandestina, insurrecta, erizada de espinas, que encontró en el Black Metal no solo un género, sino una forma de escupir luz negra al mundo.